18 de febrero de 2015

Joaquín Rodríguez "Costillares"





Joaquín Rodríguez llamado Costillares fue un torero español, nacido en Sevilla el 20 de julio de 1743 y fallecido en Madrid el 27 de enero de 1800
Existen varias opiniones en torno al año de su nacimiento (¿1729, 1740, 1755?) . Cossío da la fecha del 20 de julio de 1729., basándose en una inscripción que puede leerse en un retrato del diestro y que dice así: "Joaquín Rodríguez (Costillares), matador de toros e inventor de la suerte del volapié. Nació en el barrio de San Bernardo de Sevilla el 20 de julio de 1729, y falleció en Madrid el 27 de enero de 1800, en la casa número 7 de la calle del Mediodía Grande, a los setenta años, seis meses y nueve días". Existe una partida de bautismo, cuya autenticidad es muy dudosa, que da el 6 de agosto de 1748.


Un abuelo suyo, Juan Manuel Rodríguez, forma ya parte de la Historia del Toreo, pues Felipe V le otorgó una pensión vitalicia de 100 ducados anuales, por decreto del 18 de junio de 1734, al verlo torear en la plaza del Mar de Ontígola, en Aranjuez. El hecho de que Felipe V metiera en el presupuesto a Juan Manuel Rodríguez, es interpretado por el escritor José Alameda, en su libro El Hilo del Toreo, como una prueba del apoyo de Felipe V al toreo a pie, frente al toreo a caballo que había prevalecido hasta entonces.

No sin violenta oposición de su padre, Joaquín abandonaba la cuchilla para escurrirse a lo mejor hacia los corrales donde se lanceaba al ganado bravo; sirviéndose de su sangriento delantal como de capote para ensayo de las lecciones. Los castigos paternos fueron ineficaces para retraer a Rodríguez de su irresistible vocación y no contribuyó poco a reducir su ánimo a la voluntad de Costillares la intervención del diestro Pedro Palomo a favor de su ahijado y discípulo.
Joaquín Rodríguez, según lo describen las tradiciones de su época, era hombre de buena presencia, aspecto serio y reposado; de carácter formal y algún tanto melancólico, de excelentes costumbres y dado a piadosas devociones. No tuvo sucesión de su matrimonio, y dejó a sus parientes una modestísima fortuna.
Es considerado el padre del espectáculo taurino moderno, como innovador y organizador de la lidia.

Biografía

Hijo del también matador sevillano Luis Rodríguez quien fuese empleado del matadero, Costillares sigue los pasos de su progenitor en ambas profesiones, los conocimientos adquiridos en el matadero acerca de la anatomía del toro le ayudarán posteriormente como estudioso de los toros.


Comienza Costillares su carrera en la cuadrilla de Pedro Palomo, para tomar la alternativa a los 20 años de manos de "El Africano", comenzando su carrera en solitario. Desde entonces logra reconocimiento en Sevilla, siendo de los primeros en actuar triunfalmente en la Real Maestranza de esta ciudad. Solo después haber logrado un total reconocimiento como matador en Sevilla decide Costillares debutar en Madrid en 1767. Su rivalidad con Pedro Romero tiene su origen y motivo principal en la disputa que mantuvo con su padre Juan Romero desde sus comienzos, ya que lograba imponerse a él en la inmensa mayoría de las ocasiones. Arranca en 1775 su rivalidad con Pedro Romero, hijo del derrotado Juan, siendo Pedro el torero favorito del pueblo, y convirtiéndose Costillares en el favorito de la aristocracia.

Valgan de ejemplo estos versos: 



"Entre todos los censores
del famoso Costillares
aunque se cuenten millares,
son muy pocos los señores
éstos forman superiores
juicios que el vulgo chispero,
el cual adicto a Romero,
por capricho y por antojo,
aplaude el bárbaro arrojo
y vitupera a un torero."

Si bien no aparece en Madrid en 1776 afianzándose ese año en la Maestranza de Sevilla, desde 1780 aparece con regularidad en los festejos de Madrid hasta 1790. Media España era costillarista en la época de Goya. Se sabe que Costillares en 1778 imponía sus condiciones a las empresas, en especial a la Junta de Hospitales de Madrid. Mandaba en el toreo y por eso exigía para él 32.000 reales por 16 corridas en Madrid, a razón de 2.000 por actuación, entregado por entero, aunque resultase lesionado para parte de la temporada. El 27 de julio de 1782 recibe una grave cornada en Madrid. A partir 1790 sus apariciones se hacen cada vez más esporádicas hasta su muerte, ya retirado en 1800. Sus esfuerzos por reglamentar la faena lo convierten en el creador de la corrida de toros moderna.
 Junto  a los otros dos compañeros que conformaron la denominada "primera triada" del toreo moderno, sólo actuó una vez en el mismo cartel. Se tratra de la corrida celebrada con motivo de la subida al trono de Carlos IV en 1789. Costillares arrastraba los efectos de una enfermedad contagiosa, una carbunclo en la mano que fue la causa de su muerte, y que influyó de manera negativa en la penosa actuación ante el rey. Carlos IV, perplejo ante tal decepción, comentó : ¨ Si ya no puede, ¿a qué se presenta? "...


Esta es la versión de Romero:
«En la Plaza de la Puerta de Alcalá le maté otro toro al Sr. Joaquín Rodríguez (alias «Costillares») en estos términos: Estando S.M. Carlos IV viendo los toros, le suplicó que quería matar un toro y el Rey se lo concedió; tomó la espada y la muleta, hizo la venia a S. M. y se fue y pasó al toro ; se presentó a la muerte, le dio una estocada y cogió los huesos; se preparó a la otra y le sucedió lo mismo; y teniendo la mano algo inutilizada de aquel carbunco que le salió en ella y conociendo que no podía ya matarlo, le hizo señas al Rey que no podía, por causa de la mano; respondió S. M. que si no podía aque se presentaba ; entonces tomé la espada y la muleta y fui y lo maté».
Innovaciones

Se le considera el creador de la base de la faena de capote al perfeccionar el lance de verónica. Por otra parte organizó las cuadrillas de toreros, que antes se contrataban por la empresa de la plaza, disciplinando su actuación y sometiéndolas a las órdenes del matador quien se convertía de esta manera en el director de la lidia. Estableció los tercios de la lidia, de varas, de banderillas y de muerte.


 Modificó el traje de torear estableciendo la chaquetilla bordada con galones de oro para los maestros y de plata para los subalternos, el calzón de seda y la faja de colores. Desaparece pues el calzón y coleto de ante, el correón ceñido a la cintura y las mangas acolchadas de terciopelo. Hasta entonces, los toreros salían al ruedo con las mismas prendas de su vida diaria. 



 Además inventó la estocada a volapié, esencial y eficaz para matar a los muchos toros que empezaban a aplomarse. Hasta entonces no se conocía más modo de matar que recibiendo, lo que ante toros que perdían su fuerza y barvura durante la lidia, ofrecía un espectáculo repulsivo para el público y denigrante para el torero al tener que concluir éste con el animal pinchándole a la media vuelta o a paso de banderillas, eso si no tenía que intervenir un empleado de la 
plaza que desde el callejón hacía uso de una lanza muy larga que llamaban punzón, para rematarle de manera ofensiva. En base a esta técnica, conseguía humillar al toro con la muleta y yendo hacia el mismo, alcanzaba con el estoque el hoyo de las agujas. Consideraba tan lógica y racional la novedad por él introducida, que cuando prodigaban elogios a su inspirada ocurrencia, solía decir con expresión ruda y vulgar, pero con razonamiento claro y firme : " No he inventao ná. El vuelapiés lo han inventao los toros. Me pedían esa muerte y la he dao". Frente a esta técnica, el valor de la suerte de recibir siguió siendo mayor. Era la que practicaba Pedro Romero, su principal rival en los ruedos, y motivo que le supuso perder muchas tardes dado el valor y arrojo que su rival demostraba en esta lid.



Muchas gracias amigos.

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